"El manuscrito carmesí" fue uno de los primeros grandes premios que reconocieron la valía literaria de Antonio Gala. Esta novela fue la causa de que se le concediera el prestigioso Premio Planeta en 1990. Años hace ya, pero la novela histórica por serlo no pasa de moda.
Antonio Gala entremezcla en "El manuscrito carmesí" la historia personal y oficial de el
último rey de Andalucía, Boabdil. Aquel que rehuyera de la espada y defendiera la Alhambra y Granada con el diálogo, ante el inminente avance de los Reyes Católicos. El relato es el fruto maduro de una literatura bien estructurada, pausada y bellamente narrada. Mientras lo leía me imaginaba a Gala pronunciando cada palabra con la parsimonia que es su inconfundible estilo. Hay escenas de amor, que no de sexo; drama, que no violencia; pero sobre todo la desesperación de un hombre que habiéndolo tenido todo, poco a poco lo va perdiendo hasta no quedarle más que él mismo. Un hombre débil, al que se le exigía fortaleza, que lucha por sí mismo y por el reino que lo vio nacer, y es que con los nazaríes se acabo la dinastía real de Andalucía, aunque algunos se empeñen en lo contrario.
Como novela histórica se conoce el final, o es que ¿alguien esperaba que DiCaprio se salvara del hundimiento del Titanic?. No, pero la forma de contarlo nos retrae a otro tiempo y nos permite conocer otras versiones. He estado alerta en todo el relato, esperando aquellas palabras de la madre de Boabdil cuando se despedían de la Alhambra: "Llora como una mujer lo que no supiste defender como un hombre". Pero mi curiosa morbosidad se ha conformado con los sentimientos de un hombre pacífico, confundido y amante de una de las más hermosas ciudades que he visitado, Granada.
Una lectura muy recomendable para conocer nuestra historia, a nosotros mismos y los desatinos del amor. "El manuscrito carmesí" de Antonio Gala.
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