17 de julio de 2014

Cuánto cuestan los servicios de un redactor de textos

En estos días en que el sol aprieta, afortunadamente también hay más trabajo en La Sastrería. Para poder atender todos los pedidos he comenzado un proceso de selección de redactores para que me ayuden a sacar el trabajo a adelante. Por cierto, si sabes de alguien interesado y con aptitudes dile que se ponga en contacto conmigo lasastreria@sevilla.es. Pero a lo que iba. Cuál no ha sido mi sorpresa al constatar una realidad del mercado laboral entre los escritores que me sitúa en una disyuntiva: o bien escribo textos muy baratos, o bien el resto del personal es muy caro. Esa es la conclusión a la que llego tras sondear a varios candidatos y comprobar con cierta estupefacción que su precios, cuando menos, doblan a los míos. Lo que me lleva a pensar que en el mundo de la redacción de textos para generar contenido se está aplicando la misma filosofía que en la industria literaria.


Redactor de textos originales y de calidad
Para mí un texto es un producto artesano. El proceso comienza con la petición de un cliente a la que le asigno un título como paso previo. Posteriormente me documento y procedo a redactar el texto. Eso sí, ningún artículo sale de mi ordenador sin pasar por dos correctores ortográficos y leerlo al menos dos veces. Es un protocolo que más o menos me funciona. Como decía, para mí un texto es un producto artesano, pero entiendo que no es más que eso. Sé que existe una ley de protección de los derechos de autor. Por eso a todos mis clientes les añado una cláusula de renuncia a su favor en las facturas que emito.

Yo entiendo que un texto es como un producto cultivado en la huerta. Que me perdonen los más puristas. Pero la analogía me viene al dedillo. El texto es como ese tomate que se cría con mimo en la agricultura ecológica, por ponerle algo más de artesanía a la producción. Desde luego es algo valioso y le dedico tiempo y esfuerzo a su redacción. Como el agricultor con sus tomates. Pero llega un momento en que el agricultor lleva el texto a la tienda (o donde quiera que lo lleve) y ese tomate pasa a manos del consumidor. Lo mismo que ocurre con los textos que redacto en La Sastrería. Una vez escrito y revisado lo envío a su dueño, al que hizo el pedido sin el cual el texto no existiría (algo que no se nos puede escapar y que subrayo, sin pedido, no hay texto). Decía que el texto se entrega, como hace el agricultor, y se cobra el precio estipulado. En mi caso, un texto medio para blog ronda los 3 o 4 €, un precio bastante competente y que me permite llegar, al menos, a mediados de mes (el que llegue a final de mes que levante la mano). En fin, que me voy por las ramas. Para mÍ el trabajo está hecho y cobrado tras la redacción del texto y su entrega. Lo que haga el cliente con él y el jugo o beneficio que pueda obtener de él depende de sus actitudes. No soy quien para valorar mi trabajo en función de los resultados que obtengan mis clientes. Por eso no entiendo los precios de mis compañeros de profesión, los redactores de textos. Al igual que el tomate puede acabar en una simple ensalada de 5 euros o siendo parte de una espuma de tomate de 20 euros, mis textos tendrán el valor que mis clientes puedan darle. Por lo que los precios que tengo como redactor de textos son aquellos que me permiten vivir, ni más, ni menos.

Y ahora toca decirte que si necesitas un redactor económico y de calidad me tienes a tu disposición en La Sastrería. Gracias por leer este artículo y por tus comentarios.

2 comentarios:

  1. Hola Juan Pedro:

    interesante reflexión. Yo creo que te vendes demasiado barato.

    Según la encuesta que hice en mi blog, el 60% de los redactores freelance cobra de 5 a 10 euros por artículo. No entiendo cómo te salen las cuentas, llegas a fin de mes y pagas la cuota de autónomos vendiendo artículos a 3-4 euros; yo para escribir, revisar, enviar al cliente y facturar un post decente de 300 palabras necesito al menos una hora.

    La mujer de la limpieza de mi antiguo trabajo cobraba 9 euros/hora. El albañil que vino a repararme una baldosa del baño cobra 35 euros/hora. El cerrajero cobra 50 €/hora por cambiar una cerradura. Todos son autónomos como yo, pero ninguno tuvo que ir a la universidad ni sacarse un título para ejercer.

    Algo estamos haciendo mal, compañero redactor...

    Un abrazo,

    Roger

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu reflexión y comentario.

      Desde luego, como te digo en el post, es difícil llegar a fin de mes, aunque sospecho que si subo los precios no llegaría ni al principio. Tenemos que cambiar esto y lo estamos haciendo poco a poco. Lo primero es hacer ver a nuestros clientes lo importancia de nuestra labor y después alcanzar la repercusión económica que conlleva.

      No obstante, La Sastrería no me permite vivir. Aparte tengo otro negocio, una escuela de navegación: Academia náutica Marinos (www.marinos.es), con la que desarrollo mi profesión y me aporta algunos ingresos extras.

      Saludos y buen agosto, compañero.

      Eliminar