Me resulta difícil calificar el libro que tengo entre manos: La ridícula idea de no volver a verte, de la genial periodista Rosa Montero. No es que no pueda decir si me gusta o si es bueno. La respuesta es sí en ambos casos. Lo que me ocurre es que no sé calificarlo a fin de buscarle un lugar en la biblioteca.
La ridícula idea de no volver a verte llegó a mis manos a través de una revista-catálogo de libros. Pensé que era una novela, y siendo lo último publicado por Rosa Montero, de la que me encantó su libro La hija del Caníbal, no podía dejar escapar la oportunidad de leerlo.
Cuando por fin lo tuve entre mis manos supe que no era lo que esperaba. No se trata de una novela, sino una especie de biografía. De hecho, el no saber calificarlo evita que lo trate como obras anteriores mencionadas en este blog: que si reseña, opinión y tal. No. En este caso simplemente este libro me sugiere hablar de él y de lo que cuenta.
La pseudobiografía tiene varios protagonistas. De una parte está Marie Curie. Mujer emblemática donde las haya que consiguió dos premios Nobel por su descubrimiento y trabajos sobre el radio, al que entregó su vida y este se la cobró con creces. Por otra la misma Rosa Montero es coprotagonista. En la obra se entremezcla las reflexiones de Rosa inspiradas con la vida y reflexiones de la propia Curie. Y luego hay dos personajes secundarios: Pierre Curie, esposo de Madame Curie, y Pablo, el difunto marido de Rosa Montero.
El libro no es una biografía al uso. No soy muy aficionado a leer biografías. De hecho no recuerdo haber leído ninguna, aunque sí que tengo más de uno en la biblioteca de casa de mis padres. Las biografías siempre me han parecido libros aburridos, y mucho me temo que tengo que hacer autocrítica y replantear mi pensamiento sobre estas obras que desgranan la vida de grandes personajes, o grandes vidas de pequeños personajes.
La ridícula idea de no volver a verte usa como eje el diario que escribió Curie tras la inesperada muerte de su marido. Curiosamente algo que Montero también había sufrido unos meses antes, cuando perdió a Pablo. Por tanto el libro no se centra en la vida de la doblemente galardonada con el Nobel, sino que es más bien una reflexión sobre la vida y muerte y nuestra relación con ese ser querido junto al que dormimos todas las noches y que un día la injusta muerte nos lo quitará, bien por robarnos la vida a nosotros mismos, bien por hacerlo a nuestra pareja.
No quiero, ni puedo, desengranar la trama de La ridícula idea de no volver a verte, pero sí aconsejarlo de todas, todas. Es un libro emotivo, pero sin llegar a ser pedante, ni mucho menos. Es una reflexión, una oda a la vida, a vivirla y compartirla. A valorar la presencia de quienes comparten la vida con nosotros, y que haya vida tras la muerte o no, por un tiempo podemos experimentar esa ridícula idea de no volver a verlos.
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